Jeepney

Cuando Estados Unidos habitaba Filipinas durante la II Guerra Mundial, trajeron muchas de las costumbres americanas. La palabra se compone de la palabra JEEP y JITNEY (que es un taxi compartido en EEUU y Canada). Así que trajeron un 4×4 y los filipinos se encargaron de alargarlo, le dotaron de dos filas de asientos y desde entonces lo utilizan como una mezcla entre el autobús y el taxi.
Son conocidos por su decoración colorida, sus vírgenes y santos en el salpicadero, sus mensajes sobre Dios, Cristo y sobre el amor. Un buen ejemplo sería: Dios guía tu camino. Pero cada uno está decorado como si fuese único. No verás dos Jeepneys iguales. Ni dos frases iguales que decoran su carrocería.
El precio suele ser fijo y es de 8 PHP, que vienen a ser unos 0,13 €. Por ese precio puedes ir de y hasta donde quieras en la ruta. Yo llegue a hacer un trayecto de más de una hora. Al subirte, tomas tu asiento, le das los 8 pesos a la persona que haya a tu lado, y ya se encargarán de que le llegue al conductor.
Esta fórmula funciona a la perfección en las grandes ciudades como Manila. Cientos de Jeepneys recorren sus calles continuamente, aportando un color especial. En las islas más grandes como Palawan, los autobuses prácticamente no existen, pero a cambio tienen Jeepneys más grandes. Un viaje de 5 horas de Puerto Princesa a El Nido, 400 Kms, tiene un precio de 300 PHP (5 €).
Y tú, ¿has montado en Jeepney en Filipinas?
¿Te ha gustado la experiencia? ¿Repetirías?
¡Cuéntanos todo lo que te pasó, que estaremos encantados de disfrutar de tus aventuras!
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